Displasia de cadera

La displasia de la cadera es una anomalía del desarrollo, que debe ser valorada en los niños recién nacidos hasta que el perfeccionamiento de la caminata.


Se debe realizar un tamizaje de displasia, entendiéndose como tal a la evaluación de la cadera en los niños con la finalidad de un diagnóstico y tratamiento oportuno, para lo cual se complementa el examen físico con la ecografía de cadera desde las seis a las doce semanas del nacimiento o la radiografía de cadera a los tres meses

 

Su diagnóstico precoz y manejo oportuno pueden evitar que los niños tengan lesiones que pueden perdurar toda su vida.

 

En el examen físico en las caderas de los bebes, permite reconocer los signos clínicos que hacen sospechar el defecto en la articulación.


La cadera debe conformar una buena relación anatómica, entre la cabeza del fémur y el acetábulo correctamente establecido, junto a las estructuras de partes blandas que dan estabilidad dinámica a la articulación, para la caminata del niño.  

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Causas

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La causa es desconocida, pero existen factores que predisponen a la aparición de la misma:

 

  • Primer hijo
  • Sexo femenino
  • Presentación de nalgas al nacimiento
  • Factores ambientales: determinadas áreas geográficas y el transporte del niño
  • Antecedentes de esta patología en la familia
  • Niños con gran peso al nacimiento
  • Niños prematuros.

 

Esta enfermedad se presenta en aproximadamente 1 a 1.5 de cada 1,000 nacimientos.

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Tratamiento

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Mientras más oportuno sea el diagnóstico, mejor será la evolución de la patología.

 

El objetivo del tratamiento es obtener de una forma precoz una cadera reducida de un modo estable, concéntrico, congruente y atraumático, sin interposición de partes blandas y manteniéndola dentro de una zona de seguridad que no interfiera en la irrigación normal hasta que se complete el desarrollo normal de la cadera.


El tratamiento se inicia con arnés de Pavlik un método dinámico que permite al bebe el movimiento activo de la cadera permitiéndose el normal desarrollo del acetábulo y de la cabeza femoral conforme se mueve la cadera en su posición reducida.


Posteriormente se utiliza aparatos ortopédicos que nos permita obtener un buen desarrollo de la cadera e ir disminuyendo el ángulo acetabular.


Con la reducción y restauración de la presión concéntrica de la cabeza femoral dentro del acetábulo, el techo de éste se osifica y se vuelve a desarrollar, especialmente dentro de los dos primeros años de vida, tiempo en el cual la displasia es reversible en gran medida.


El tratamiento de los casos en los que ha fracasado el arnés o los aparatos ortopédicos y de aquellos en los ha existido un diagnóstico tardío exige un tratamiento quirúrgico para corregir la patología.